El proceso de génesis y expansión de las crisis (III)

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El proceso de génesis y expansión de las crisis (III)

Por Prof. Doctor Eduardo Dalmasso*

Mayo 2019

¿Qué  es el imperialismo y por qué nos interesa?

En opinión de Immanuel Wallerstein  (La decadencia del poder Estadounidense. Le Monde Diplomatique 2006) con el cual acuerdo, es una muy mala lectura hablar de globalización como un fenómeno que se vería en forma independiente de la acción de grupos de poder económicos, apoyados por la conducción política de ciertos Estados. En su caso particular, el habla de la combinación entre el poder estatal norteamericano y de las empresas internacionales que actúan de forma entrelazada, a raíz de sus necesidades de expansión. Esto se combina en los hechos, con los intereses de la estructura ligada al complejo civil militar, ya denunciado oportunamente por el presidente Eisenhower.
Cabe agregar que, el desarrollo de dicho complejo militar a partir de los fundamentos de la guerra fría, no sólo adquiere creciente autonomía sino que para su propia sustentabilidad genera la necesidad de acciones imperiales, más allá de los otros intereses que hacen uso de su protección. Veremos que desde mi visión, este juego de respaldarse en el mismo, terminará redundando en el problema que le señalaba el Canciller Talleyand a Napoleón Bonaparte. “Las bayonetas sirven para muchas cosas, menos para sentarse sobre ellas”
A partir de 1945, Estados Unidos enfrentó dos grandes problemas: necesitaba un orden mundial relativamente estable que le facilitara sacar provecho de sus ventajas económicas, por un lado, y lo más importante: el cómo iba a implementar el uso del poder que encarnaba, por otro. Dentro del escenario de la posguerra, esto implicaba lograr la recuperación de la demanda efectiva en consumo e inversión de los países devastados por la conflagración y que como consecuencia del acuerdo de Yalta, quedaban bajo su tutela. Desde ese rol, como líder del mundo capitalista y en ejercicio de su poder, creó y desarrolló las instituciones que primaron dentro del orden internacional, incluso hasta hoy, pese a los cambios en las relaciones de fuerza en el orden internacional: la ONU, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, el GATT y, lo más importante, lograr el establecimiento de su moneda como medio de pago de libre aceptación, a través de los acuerdos de Bretton Woods y. Esto último, logrado hasta comienzos de la década del 70 en base a una paridad oro abierta al mundo..
Todas estas instituciones se desarrollaron en forma paralela a los planes de asistencia para Europa, Japón y el sudeste asiático no comprometido con la URSS. Paralelo a este despliegue, el exacerbar la existencia de una hostilidad manifiesta interbloque, con fuertes disputas sobre zonas límites, con gran oposición mutua en los foros mundiales y en la retórica a través de los medios, pero cuidando siempre dentro de ese despliegue respetar en lo fundamental las respectivas áreas de influencia. Todo ello con la finalidad central y complementaria a sus intereses, de ejercer un mayor control en sus respectivas áreas. Dos imperialismos, dos ideologías y aparatos del estado en permanente confrontación sin que esto alterara el esquema pactado. Así, hasta la invasión de la URSS en Afganistán y su posterior implosión que deja abierto el mundo al poder norteamericano, poder que a poco andar empieza a encontrar límites a su hegemonía..

¿Qué es el Imperialismo?

A todo esto, que es el imperialismo y porque nos interesa ?. El imperialismo no es otra cosa que la manifestación de poder de un Estado, originalmente la polis, a través del direccionamiento de políticas de los Estados Tutelados ligado a la capacidad de extraer recursos de los mismos, en beneficio de sus intereses.
En el período de la guerra fría, ambas potencias privilegian lo ideológico como mecanismo de control y sustento de sus discursos hegemónicos “dentro de un mundo en pugna”. Por cierto, acompañan dicho despliegue su potencial financiero, sus imposiciones económicas, el registro y control de los alineamientos y el uso de recursos que consideran críticos, utilizando la fuerza cuando lo considerado necesario. Por cierto, esto afecta el funcionamiento de los mercados.
Dentro del proceso descrito, se desarrollan en los primeros 30 años de la posguerra, un proceso de crecimiento de las principales economías capitalistas, con la plena hegemonía de la producción de EE.UU., en virtud de su mayor productividad, el control financiero, del comercio y dimensión de mercado, lo que produjo una reversión total de la situación de crisis que las economías capitalistas sufrieron en la década del 30.
Por otra parte, los países que podían competir en alguna medida con la gran potencia industrial en realidad se estaban recuperando de la destrucción de su infraestructura económica. Las necesidades de la potencia imperial y sus propias capacidades culturales hicieron a su rápida recuperación. Esto, de ninguna manera hasta la década de los 70, altera el predominio de EE.UU. en el concierto mundial. Si bien, ya en los sesenta, la presencia y autonomía creciente de los países Europeos y de Japón comienza a revelar que en el juego de intereses globales reaparecen jugadores prácticamente desaparecidos en la posguerra.
De hecho, el despliegue imperial comienza a debilitarse, no sólo por los factores competitivos y el aumento de la producción, primero por la recuperación Europea, luego por la agresividad japonesa y el posterior desarrollo a su propia escala de la China continental, sino porque las propias aventuras militares como la guerra de Vietnam desangran el erario y ponen en crisis su identidad democrática, llevándola a la posición de renunciar a su compromiso de paridad oro en su moneda. (Esto tendría efectos muy severos a mediano y largo plazo). Líderes europeos, por caso el General De Gaulle a la sazón presidente de Francia, denuncian este gesto como contrario a los intereses europeos.
Gesto Imperial, sin duda, pero con un claro significado respecto a las tendencias en el uso de recursos, (Propios y del mundo), y de los mecanismos de control dentro de su esfera de influencia. Fundamentalmente respecto al tercer mundo. En el comienzo de esta nueva etapa, la realidad de los mercados desarrollados comienzan a sufrir trastornos, que si habían aparecido en el proceso, digamos de la fase de recuperación, se manifestaban con suma debilidad. El período posterior a los primeros 30 felices años, según los analistas Franceses, comenzaría a entrar en turbulencias.

América Latina dentro del marco de las crisis políticas y económicas

América Latina, no deja de ser planteada como un reservorio propio; y dentro de las debilidades crecientes, estimo, será defendido con todo su potencial, dado que es necesario siempre recordar que esta alberga en su vasta geografía casi la mitad del agua potable y la biodiversidad del planeta, además de grandes depósitos de petróleo y gas.(CLACSO 2007) Por otra parte, su fuerte influencia en la implementación de políticas neoliberales y sus intervenciones en los Golpes de Estado que asolaron a nuestros países pusieron en evidencia que la Doctrina Monroe de la Roma americana, muy bien caracterizada por José Martí en su momento, de una u otra forma sigue vigente.( Político republicano, pensador, periodista, y poeta cubano 1853-1895) Las actuales contradicciones de intereses propios y globales ponen a prueba la instancia o fase de desarrollo de su acción imperial. La paradoja que surge y será fuente de conflicto creciente: “ la necesidad del Intercambio con China continental y la fuerte influencia ideológica del Imperio de Occidente sobre importantes sectores de la burguesías locales”.

*Dr. En Ciencia Política por el Centro de Estudios Avanzados (CEA) de la UNC. Fue Presidente Internacional de SLADE (2012-2014) Es editor del Blog: Miradas políticas y otros enfoques.

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