EL PROCESO DE GENESIS Y EXPANSION DE LAS CRISIS ECONOMICAS (VIII)

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EL PROCESO DE GENESIS Y EXPANSION DE LAS CRISIS ECONOMICAS (VIII)

1 agosto, 2019

Por Eduardo Dalmasso. * para ALFIL DIARIO

Las crisis financieras como telón de fondo de las crisis económicas.

Joseph E. Stiglitz en su artículo -“El capitalismo progresista no es un oxímoron”- para el New York Time (30-04-019) nos recuerda que a partir de la era de Reagan, la política económica desempeñó un papel crucial por sus efectos en las desigualdades sociales en un tiempo que las fuerzas de la globalización y el cambio tecnológico contribuían a agravar esa situación; remarcando que por el avance de la teoría económica, a los mercados no se los puede dejar librados a su suerte. Stiglitz al igual que George Soros (La crisis del capitalismo Global- Edit Sudamericana 1999) respetan el rol de los mercados, siempre que estos se regulen y equilibren dentro de un poder político democrático. Ambos afirman que es fundamental la regulación para preservar la democracia y que esta debiera abarcar a las grandes empresas tecnológicas.

Rol del Sector Financiero.

La realidad de las últimas décadas, nos muestra el papel creciente del sector financiero en el sostenimiento de una demanda que se debilita y que presenta ciclos depresivos periódicos. Papel que se correlaciona con el triunfo de la ideología neoliberal ante la debilidad creciente de los sindicatos, la falta de homogeneidad ideológica del partido demócrata (EEUU), el acrecentamiento de esa perspectiva ideológica en la social democracia europea, los grandes beneficios de las inversiones en el extranjero y la expansión de los instrumentos financieros por sobre las necesidades de las inversiones genuinas. A estos factores se agrega el uso creciente de los paraísos fiscales por las grandes compañías. Un círculo vicioso con el que los Estados cubren debilidades crecientes de su desarrollo económico y social.

Específicamente, las políticas instauradas, fueron sumamente favorables para el sector: desregulación, cambios fiscales, más el relajamiento de las reglas de administración corporativa. Esto mismo se repite en la Comunidad Económica Europea, con sus propias especificidades. El colapso financiero en esas condiciones era inevitable, agravando así la situación estructural.

La afirmación previa, tiene que ver con la dinámica del capital financiero que ante la inexistencia de las estructuras de desregulación prácticamente a nivel mundial, funciona según lo que Fréderic Lordon explicita: (“Adiós a las Finanzas. Reconstrucción de un mundo en quiebra”. Le Monde Diplomatique . 2011)

“La creatividad produce que se expanda el volumen de operaciones a niveles inimaginables, lo que genera a su vez múltiples oportunidades de negocios con niveles de ganancias fuera de toda norma. No es de sorprender, que operadores capitalistas cuya vocación misma es la maximización de la ganancia, se abalancen y se enriquezcan en proporciones desconocidas para el resto de la economía, corran todos los riesgos, alimenten colectivamente la formación de diferentes burbujas, hasta que estas por inconsistentes con la economía real, terminen estallando”.

En esta misma línea de análisis encontramos la crítica de Richard A. Posner. Al modelo de regulación financiera de los EEUU: ( “La crisis de la democracia capitalista”- Harvard University Press . 2008)

“Es debido a los riesgos inherentes del sector bancario por lo que puede desplomarse si no hay una cuidadosa gestión macroeconómica por parte del Gobierno y debido a que es decisivo para una economía moderna, en caso de desplomarse puede arrastrar al resto de la economía, como se demostró en septiembre del 2008”

En el 2008, el gobierno salió al rescate de empresas de Wall Street que supuestamente eran demasiado grandes para quebrar, con gerentes demasiado grandes para ser encarcelados. Inglaterra siguió la misma política y otros también, en diferentes grados. La realidad, tal cual lo muestra el cuadro económico financiero de Europa, es que tanto, Social Demócratas, cómo por lógica la derecha, fueron tomados por el exitismo neoliberal.

No sólo hubo un proceso de paro, sino un crush, con fuertes costos adicionales para la población en su conjunto, por la necesidad de que el sistema financiero no caiga. En verdad, para los sectores conservadores dejar caer la banca privada, implica abrir la puerta a lo que consideran concepciones estatistas inadmisibles. Por otra parte, la integración sistémica, de la economía mundo, plantea consecuencias imprevisibles si el sistema financiero pierde sustento.

Lo descripto, es la resultante lógica del sistema así instaurado, que se aúna a la pérdida de los valores básicos que preconizaba Adam Smith (“La riqueza de las naciones”). Y si no, veamos los beneficios extraordinarios de los directores de empresas de todo tipo, mal incentivados por la necesidad de mostrar rápidamente su idoneidad en el valor de las acciones. Estos comportamientos agudizan la desigualdad en la distribución del ingreso, lo que a su vez realimenta una oferta de bienes en línea con la demanda de bienes y servicios de los sectores de mayores ingresos, que por su naturaleza son limitados.

La debacle financiera

Desde nuestra perspectiva: la debacle financiera es consecuencia de la fase de la dinámica del proceso de acumulación, agravada por los factores de pésima política macroeconómica, distribución del gasto e inequidad creciente en la distribución del ingreso, por lo que estos tres factores significan como herramientas para atemperar la caída de la demanda efectiva.

Las políticas de desregulación aludidas, son en parte producto de la presión que generan los excedentes financieros que se detraen de la corriente de reposición y ampliación del capital, pero su ampliación y descontrol total, emergen por la necesidad de movilizar la demanda efectiva a través de incentivarla por medio del déficit presupuestario y del endeudamiento “forzado” de los titulares de hogares, aún, sin ningún tipo de consistencia patrimonial; deudas que respaldadas en bonos de intercambio, se transforman en papeles basura. Efectivamente hay actores responsables, pero estos actores hay que considerarlos dentro del proceso, para no perder de vista lo que verdaderamente subyace.

La dispersión de los papeles basuras por el mundo, se da por la necesidad de aumentar los tenedores financieros, para acrecentar el volumen total del crédito, para sostener el circuito productivo a través de la capacidad del gasto de los asalariados y no asalariados, y por cierto para obtener ingentes ganancias transaccionales dentro del circuito financiero. Aspecto que se correlaciona con la desaparición de las normativas de control durante los noventa con una brutal ampliación de los márgenes prestables como fruto de una concepción del mundo y, específicamente, del funcionamiento de los mercados. Es posible que esta visión estuviera reforzada por las bajas tasas de crecimiento económico que emergen en los 80 y el problema de la deuda creciente. Es interesante recordar que USA se convierte en país deudor en 1985 tras haber sido durante décadas un país acreedor (Fuente informe de OCDE)

En síntesis, la dinámica financiera descripta, no nos debiera ocultar que asistimos a una crisis del sistema de la economía real, que puede caracterizarse muy bien a través de la insuficiencia del salario y el propio endeudamiento de los sectores de menores recursos como consecuencia de la falta de dinamismo de la economía hegemónica y los cambios tecnológicos de carácter estructural. Por lo que venimos describiendo, sostenemos que la tasa de crecimiento, aún sin el colapso financiero, sería de un nivel insuficiente para sostener el empleo y un nivel de bienestar general.

*Eduardo Dalmasso: es doctor en Ciencia Política por la UNC. (CEA) Sus últimos libros han estado referidos al significado del liderazgo auténtico y a las Raíces y Valores del Movimiento Reformista de 1918. Presidente Internacional de SLADE 2012-2014

 

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