El proceso de génesis y expansión de las crisis económicas (XIII-2)
Por Prof. Doctor Eduardo Dalmasso *
Realidades de principios del siglo XXl
La realidad de hoy nos dice que entre China y el resto de países desarrollados al calor del mercado norteamericano, ha pergeñado otro gran centro de desarrollo capitalista profundamente imbricado con las economías occidentales.
Dentro de este juego de expansión del capital y el sostenimiento de ventajas relativas de la productividad, Europa trata de sostener su ambicioso proyecto de unidad con muchísimas dificultades y desafíos para sostener su desarrollo en condiciones competitivas con el resto del mundo. En su caso particular: el desconcierto de la clase política Británica agudizada por el Brexit y los brotes populistas de características xenófobas, muestra muy bien el estado de confusión reinante, que es propio de los momentos de quiebre de una determinada onda de desarrollo. En esas condiciones, a su moneda (Euro) le cuesta mucho no estar subordinada a la hegemonía de la moneda norteamericana
El estallido del 2008
Los procesos de crisis ocurren porque en la economía se produce un nivel de bienes y servicios que no encuentran su contrapartida en la demanda efectiva del mercado. Esto sucede, en parte, porque el excedente destinado a los beneficios del sector capitalista no encuentra oportuno y rentable reinvertir sus fondos, sea por razones de expectativas, razones de cambio tecnológico o bajas de la tasa de retorno del capital. De ello sus fluctuaciones periódicas. O sea, cuando el total de excedentes no encuentra su contrapartida en tasas de inversión en bienes reproducibles que lo absorban, comienzan a existir problemas respecto a la mantención del nivel de actividad y de la tasa de ocupación. Esto tiene también que ver con la etapa del ciclo del modelo tecnológico imperante y las políticas fiscales de los países dominantes.
En el caso particular de los EEUU, la paradoja consiste en que las grandes corporaciones protegidas por el estado imperial, por su particular desarrollo Global generan intereses estratégicos propios, que pueden no coincidircon los del conjunto de la Sociedad norteamericana.
A propósito de la explicación, al menos en parte, de la generación de los procesos de crisishe descripto que:los años previos a los fenómenos de crisis, están estrechamente relacionados con ciclos de auge u optimismo generalizado, adopción de procesos de liberalización y desregularización financiera; altas tasas de interés que incentivan el ingreso masivo de capitales especulativos de corta permanencia, euforia crediticia de alto riesgo, incremento en precios en activos que generan burbujas especulativas, excesivo endeudamiento externo público y privado, que al llegar al final del ciclo se suman a la fragilidad económica y bancaria de los países y terminan en colapsos cambiarios y/o bancarios. (Art. 11vo. ALFIL DIARIO-27-08)
Aclaramos que el imperialismo se manifiesta en el poder de un Estado, originalmente la polis, tratando de extraer recursos del resto del mundo, ya sea a través del financiamiento externo para sostener su nivel de gasto o por las típicas ventajas propias del dominio del mercado,fundadas en sus ventajas respecto al valor agregado que le otorgan sus tecnologías de punta ligado a un mercado de capitales, que actúa como bomba de succión. Esto no excluye el uso de la fuerza cuando las condiciones de riesgos de sus supremacías están en juego. Recordemos la ocupación de países centroamericanos, la invasión a Irak o Afganistán, entre otros; algunos de ellos fallidos como la guerra en Vietnam. O el apoyo a las dictaduras militares en América latina.
Un mundo multipolar
De mis observaciones respecto a la experiencia histórica y la propia dinámica del capitalismo, surge que este necesita de la permanente expansión de los mercados para poder sostener la tasa de beneficios: en función del mantenimiento y la búsqueda de un crecimiento de la demanda efectiva. Esto no solo sucede en el Centro imperial, pero es en éste en dónde más ostensible aparece la mecánica del proceso capitalista. El problema para el Centro imperial es cuando aparecen jugadores con distintas potencialidades de expansión o de capacidad bélica y tecnológica, que aún sin llegar al poderío de la China Continental, presentan capacidades que obstruyen su hegemonía, y con los cuales tiene que acordar o sacarlos del juego, lo que implica decisiones estratégicas de largo alcance. Me refiero a países como la India, Irán, Rusia, Corea del Norte, e incluso Brasil a pesar de su actual debilitamiento político y económico. Dentro de ese juego, se fundamentan las estrechas alianzas con algunos países. Caso Israel. Canadá o Gran Bretaña. Anteriormente con Europa Occidental, hoy una relación dañada por el intento de políticas proteccionistas de los EEUU.
Sin duda, el actual proceso de entendimiento político y asociación económica entre la Rusia capaz de ocupar Crimea contra la voluntad de Occidente y la China Continental, dará lugar a un nuevo escenario geopolítico con consecuencias en la disputa no sólo de poder sino de la propia competitividad. Este es un desafío que emerge en parte de la propia estrategia de confrontación norteamericana.
Lo que nos recuerda Paul Kennedy en su libro Auge y caída de las grandes potencias.
“Una vez aumentada su capacidad productiva, los países encontraban normalmente más sencillo soportar el peso de pagar armamento a gran escala en tiempos de paz y mantener y abastecer mayores ejércitos en tiempos de guerra. Dicho así parece brutalmente mercantilista, pero por lo general se necesita de la riqueza para sostener el poder militar y del poder militar para adquirir y proteger la riqueza. Sin embargo, si una proporción excesiva de los recursos del Estado se desvía de la creación de riqueza para colocarla en objetivos militares, esto puede conducir a un debilitamiento del poder nacional a largo plazo. De la misma manera, si un Estado se excede estratégicamente —digamos por la conquista de territorios extensos o el mantenimiento de guerras costosas—, corre el riesgo de que los beneficios potenciales de la expansión externa sean superados por el enorme gasto del proceso, problema que se agudiza si la nación involucrada ha entrado en un período de declive económico relativo.”
Algo de lo que señala Kennedy de la experiencia histórica estaría sucediendo en el centro imperial, que el gobierno norteamericano pretende revertir sin demasiado éxito o, quizás mejor dicho, sin demasiada claridad.
Entrar en la economía Mundo significa considerar un nuevo orden, que si bien es liderado por los EE.UUante la implosión de la URSS, en los hechos este liderazgo aparece jaqueado por sus contradicciones de intereses, por la existencia de nuevos protagonistas y además por la fase en que se encuentra el desarrollo capitalista. La gran paradoja de la época es que el poder atómico sirve para muchas cosas menos para hacer la guerra. En suma, mantener el poder hegemónico hoy es mucho más costoso en términos políticos y de bienestar que en la inmediata posguerra. Observemos que el presupuesto militar de EEUU insume el 20 % del presupuesto del Estado, en paralelo con el incremento de la deuda externa. Si bien se puede deducir que en gran parte lo financia el resto del mundo, también es cierto que parte de él lo paga el conjunto de la sociedad norteamericana. Por supuesto, la incidencia en Rusia de esta carga es mucho mayor, dado que es fundamentalmente un estado militarizado.
Es difícil prever como sigue esta historia, pero los gobiernos de países como el de nuestra Argentina no pueden dejar de tomar nota que el mundo de la post guerra fría ha cambiado abruptamente. Por lo pronto, las relaciones de fuerza cambian aceleradamente.